De lunes a lunes, amigos, familias o parejas de enamorados, eligen la vera de este curso de agua para, con el pretexto de sacar alguna «tarua» o ‘bagre sapo» , en bicicleta, motos, automóviles y hasta «a pata», por la avenida Rivereña bajan hasta la costa a disfrutar de unas horas al contacto con la naturaleza.
Es un paisaje verde lleno de vida, con varias ramas del Rio Paraguay que generan como divisiones de islas con lugares que se convierten en predilección de las familia a pura naturales, mas ahora que el curso de agua no es tan alto.
Uno de los riachos principales que genera el movimiento hídrico y da vida al sector, es el riacho formosa que desemboca en el Rio Paraguay cuyo puente se encuentra en la Autopista ribereña.
‘La verdad que no sacamos nada, pero venimos un rato a conversar y distraernos, cada uno con su terere», comentó Juan Carlos del barrio República Argentina, que fue a pescar con su amigo y vecino Alfredo.
En el caso de Jorge, de El Porvenir, nos contó que «venimos para que el más grande, Tiago, gaste energía, toda la semana me pide. Y su hermanito, Axel, que tiene 4, no dejaba de llorar así que la jefa tuvo que darnos el permiso a los tres».
